Michel Fourniret nació el 4 de abril de 1942 en el municipio francés de Sedán, subprefectura del departamento de Ardenas. Cerca de la frontera con Bélgica.
Durante su infancia, según él mismo dijo, su madre lo utilizaba como objeto sexual en actos incestuosos y su padre era alcohólico. Algunos compañeros del colegio destacan que era un mentiroso compulsivo y nada sociable.
A principios de los años sesenta se alistó en el ejército francés y combatió en la Guerra de Independencia en Argelia. Después realizó diversos tipos de trabajos como carpintero, electricista y supervisor en un colegio. Era un hombre introvertido de apariencia inofensiva.
En 1964 Michel se casó con su primera mujer, Annette, con la que tuvo un hijo. Cuando descubrió que con anterioridad a él había tenido relaciones con otros hombres, se perturbó y obsesionó en encontrar mujeres vírgenes con las que copular, según la versión del propio Michel. Entre 1966 y 1973 lo detuvieron en varias ocasiones por voyerismo y violación. A los 25 años fue condenado a ocho meses de prisión por atacar a una menor. Annette le pidió el divorcio y desapareció de su vida.
Durante los siguientes años, Michel Fourniret continuó con sus depravaciones sexuales y, en 1979, contrajo matrimonio con Nicole con quien tuvo tres hijos. Nicole desconocía la doble vida de su marido y la supuesta familia perfecta que había creado junto a él se derrumbó en 1984, cuando Michel fue detenido y acusado de una docena de abusos y agresiones sexuales a menores de edad en la región de París. Nicole puso fin al matrimonio y Michel fue condenado a siete años de prisión de los que cumplió tres. Dentro de la prisión se comportó de manera modélica por lo que se le permitió, entre otras cosas, poner un anuncio en el seminario católico de noticias Le Pèlerin. El mensaje decía: «Prisionero desearía mantener correspondencia con personas de cualquier edad para olvidar la soledad». Así entabló amistad con la enfermera Monique Olivier.
Los motivos por los cuales Michel estaba en prisión no le importaron a Monique, al contrario, fue el inicio de una relación sentimental. Ella iba a visitarlo hasta que fue puesto en libertad y se casaron en octubre de 1987.
Michel Fourniret y Monique Olivier formaron una alianza criminal. Ella actuaba de cebo para ofrecer a su marido jóvenes vírgenes a las que violar. Monique comprobaba personalmente que sus hímenes estuviesen intactos.
El diabólico matrimonio seguía un plan para secuestrar a sus víctimas: Monique conducía una furgoneta, empezaba a oscurecer. Cuando veía a una chica se detenía, fingía estar desorientada y le preguntaba una dirección hasta que la convencía para que se subiera al vehículo y continuase explicándole el camino. Unos metros más adelante estaba Michel, como si fuese un desconocido, pidiendo ayuda porque su coche se había averiado. Monique lo invitaba a subir a la furgoneta y conducía hasta el bosque donde, su marido, violaba y asesinaba a su presa. Eran cazadores de vírgenes y siempre estaban al acecho.
El 11 de diciembre de 1987, dos meses después de su enlace matrimonial, atacaron a su primera víctima en común: Isabelle Laville, tenía 17 años. La secuestraron cuando se dirigía a su casa. Su cuerpo apareció mutilado dentro de un pozo en julio de 2006.
Casi un año después desapareció Fabienne Leroy, de 20 años. Hallaron su cadáver en un bosque, la habían violado y disparado en el pecho.
En marzo de 1989, «el ogro de las Ardenas» asesinó a otras dos chicas: Jeanne-Marie Desramault, una estudiante francesa de 22 años. Y a Elisabeth Brichet, una niña belga de 12 años. Enterraron ambos cuerpos en un terreno de su propiedad. En noviembre de 1990 mató a Natacha Danais una niña de 13 años cuyo cuerpo arrojó a la playa.
Durante el tiempo que Michel Fourniret estuvo en prisión en los años ochenta, compartió celda con Olivier que era miembro de un grupo criminal centrado en el robo de bancos. Michel se ganó su confianza hasta el punto que Olivier le confesó donde había escondido el botín y le explicó que su novia, Farida Hellegouarch, lo custodiaba. Transcurridos varios años, Michel asesinó a Farida y se apropió del dinero con el que se compró, junto a su mujer, un castillo del siglo XVIII en la región francesa de las Ardenas.
El nuevo hogar del macabro matrimonio les proporcionó más privacidad para llevar a cabo sus crímenes. Céline Saison de 18 años y a Manyana Thumpong de la misma edad, asesinadas en el 2000 y 2001, fueron enterradas en las zonas boscosas de los alrededores del castillo.
En junio de 2003 tuvo lugar el último secuestro que realizó la pareja. Se trataba de una niña de 13 años, Marie-Ascensión que consiguió soltarse de las ataduras de pies y manos, y saltó de la camioneta. Pidió ayuda a otro conductor que la recogió y condujo hasta la comisaría. La niña describió al matrimonio y recordó el número de la matrícula, datos que fueron determinantes para que la policía detuviese al matrimonio. Los encontraron en su domicilio.
En un interrogatorio inicial Michel negó los hechos, sin embargo Monique confesó los secuestros y asesinatos perpetrados en los últimos quince años y los lugares donde habían enterrado a un total de once víctimas. Cuando supo que su esposa le había delatado Michel se declaró culpable.
Durante el juicio, que duró del 27 de marzo de 2008 al 28 de mayo del mismo año, Michel facilitó detalles de algunos crímenes. Según consta en su declaración “necesitaba buscar una virgen al menos dos veces al año”.
Por su parte, Monique, declaró que vivía subyugada a los deseos y mandatos de su marido. Incluso utilizaron a su hijo, cuando era bebé, para secuestrar a una de las víctimas.
El tribunal condenó a Michel a cadena perpetua sin posibilidad de reducción de pena por siete asesinatos, y a Monique a 28 años como cómplice de dichos delitos.
El ogro de las Ardenes nunca llegó a decir con exactitud todos los crímenes que había cometido. Estando en prisión, en 2016, aseguró haber violado y asesinado a la profesora británica Joanna Parrish de 20 años. Dijo dónde estaba enterrado el cuerpo y allí lo hallaron los detectives, en un río cerca de Auxerre. En 2018 confesó otros dos asesinatos y, en 2020 confesó haber secuestrado y asesinado a Estelle Mouzin de 9 años, dada por desaparecida cerca de París en 2003. Sin embargo, nunca reveló donde se deshizo del cuerpo.
El asesino en serie y pederasta falleció a los 79 años llevándose consigo la incógnita que pesaba sobre familias de otras jóvenes desaparecidas: